Al final, el último tramo del segundo día se convirtió en una especie de ruleta rusa. Burns estaba en lo cierto, el polvo fue un auténtico dolor de cabeza para todos los participantes, cuanto más atrás peor. Las quejas fueron feroces contra la organización. Pero llegados a este punto, es bueno recordar las palabras de Luis Moya al inicio del programa, en donde recordaba que solo Ford había pedido mayor distancia entre coches. Quizás Luis tenía razón, yo sigo hoy con la misma inquietud, no se si realmente esa mayor distancia habría servido de algo, con la cantidad tan descomunal de polvo que se quedaba en suspensión en los tramos, lo dudo.
Al final del día los periodistas teníamos una montada una de padre y muy señor nuestro, en la cena, punto de encuentro casi obligado para todos. El tema en la mesa, si el fin de semana terminaría con los rallies. Después de ese sábado yo estaba en el grupo de los menos optimistas.
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10 years ago
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